parece que el maecito de los pelos largos causó revolución en la comunidad bloguera… aunque dí mis argumentos en el post de Sergio y tras picarme con un poco de chile verde, creo que mejor los re-planteo, así que:

estoy de acuerdo con que el cabello largo, corto, teñido, alborotado, punketo, trenzado, estilo boboshanti o lo que putas sea, y la forma en la que este se use es una decisión de cada individuo, en algunos casos expresa la personalidad… que si me lo lavo (el cabello o los bushes) me lo pinto de colores, me lo embadurno con goma loca o simplemente lo ando como el común, lo puedo hacer y punto, para eso soy libre… para eso existen las libertades públicas (que en español tico de costa rica) significan límites donde nadie puede intervenir, ni siquiera el Estado (causante de semejante zafarrancho con sus regulaciones de quinta).

pero (dicen que siempre hay uno), también estoy de acuerdo con lo expuesto en mis lunes de derecho: “sonará anticuado, pero los jóvenes necesitan reglas y las reglas hay que cumplirlas” así dijo mi bella profesora hardvareña con respecto al chamaco de las mechas justo en el momento en que mis neuronas hacían contacto como para captarlo y procesar la información, y me dije: “puta, es cierto… la mae tiene razón” pero (otro pero), para entender eso hay que alejarse de la simpleza, no ver el problema como una cuestión de pelos simplemente, NO!... es necesario verlo a un nivel general, a caso ud que me medio lee o me lee y medio, no cree que es necesario tener reglas en una sociedad para mantenerla relativamente “civilizada”? (ya sé que el termino civilizada es relativo, pero qué no?) y por enésima vez no me estoy refiriendo a las mechas! lo hago a la normativa en su conjunto… apuesto a que ud es parte de la mayoría respondiendo positivamente a la pregunta anterior, y por qué no hacerlo, acaso no es razonable? si su respuesta es nuevamente afirmativa, entonces: en qué quedamos?

para dejar los pelos en paz, estoy mil de acuerdo en que hay normas que pueden verse como estúpidas, vacías, ridículas, whatever… pero (quinto pero) debemos considerar que han sido gestadas en tiempos en los que eran indudablemente válidas, necesarias y lógicas… claro, que ya se empiecen a poner obsoletas y sea necesario analizar su campo de aplicación tras intensos cambios sociales, son otros cien pesos…

haciéndole una cola de caballo a los cabellos causantes de este alboroto totalmente necesario de armar y comentar, secundo el coro de chile verde: